Saber acoger a cada estudiante como persona única que es; escucharle, comprenderle, conocer sus inquietudes, expectativas... entender en definitiva su psicología académica.
Saber acoger a cada estudiante como persona única que es; escucharle, comprenderle, conocer sus inquietudes, expectativas... entender en definitiva su psicología académica.
Crear un clima de trabajo óptimo, que verdaderamente le llegue al estudiante, que se sienta plenamente partícipe del mismo, y que sobre todo le permita verse como auténtico protagonista del diseño de su propio método de estudio.
Generar en el estudiante "actitud y capacidad de reflexión", que sepa cómo actuar ante cada circunstancia y materia de estudio. Llegar en definitiva a “ser sabio” consigo mismo y con su realidad.
Lograr pues que sea consciente de que con las herramientas adecuadas y si verdaderamente se lo propone será capaz de dejar atrás cuestiones tan típicas como:
- La pereza del ponerse a estudiar, el arrancar, la pérdida constante de concentración.
- La falta de planificación, el agobio del último momento por haberse "dejado llevar", o por "el exceso de confianza".
- La impresión de estar pasando horas delante del libro sin avanzar, sin aprovechar el tiempo, sin saber muy bien cómo seleccionar lo importante.
- La sensación de no saber cómo memorizar, de no retener casi nada, de "bloqueo o quedarse en blanco" si no se acuerda de alguna palabra.
- El verse dominado por la ansiedad o los nervios típicos de examen.
- Dejarse llevar por el desánimo o la falta de motivación.
Ayudarle a evolucionar, madurar como estudiante, fomentando su propia responsabilidad, actitud y predisposición como líneas maestras y el camino a seguir para lograr sus aspiraciones académicas.